jueves, 27 de enero de 2011

Dicen por ahí

Hará unos seis años, van para siete, que escuché esta canción y hoy me la he vuelto a encontrar. Antes de que fuera primera dama escribía cosas bonitas sobre las vueltas del destino y esas cosas que uno no sabe y otros sí y luego resulta que sí sabe y otros no. Digo antes de que ella fuera primera dama, no yo!





Alguien me dijo que nuestras vidas
No valen gran cosa
Pasan en un instante
Como la fragancia de las rosas
Alguien me dijo
Que el tiempo que se va es podrido
Que nuestras penas cobijan a alguien
Sin embargo alguien me dijo

CORO:
Que te gustaba de nuevo
Este alguien me dijo
Que te gustaba de nuevo
Sería esto posible entonces?

Alguien me dijo
Que el destino se burla de nosotros
Que no nos da nada
Y que nos promete a todos
Que la felicidad esta a nuestro alcance
Y entonces alzamos la mano
Y descubrimos que estamos locos
Sin embargo alguien me dijo

CORO

Pero quien me dijo
Que siempre te he gustado?
No lo recuerdo,
Era tarde en la noche
Oigo voces de nuevo,
Pero no veo quien las dice
“Le gustas”, este secreto fue dicho por él,
No fue dicho por tu voz
Lo ves, alguien me lo dijo

Que te gustaba otra vez,
¿es lo que dices?
Que te gustaba otra vez,
¿sería esto posible entonces?

Alguien me dijo que nuestras vidas
No valen gran cosa
Pasan en un instante
Como la fragancia de las rosas
Alguien me dijo
Que el tiempo que se va es podrido
Que nuestras penas cobijan a alguien
Sin embargo alguien me dijo

jueves, 6 de enero de 2011

Por escrito, la esperanza

Parece que si no pones por escrito algo, no terminas de entenderlo. O al menos, para concretar, ese es mi caso. Desde hace años, cada examen o presentación que he tenido que estudiar lo he hecho mediante esquemas o resúmenes, algo tendrán de aclaradores. Así que, a toro pasado, voy a poner por escrito las sensaciones de 2010 o lo que es lo mismo, voy a hacer el clásico balance.

Partiré de la base de que todo año vivido me parece positivo, así de ingenua sigo siendo. Conclusión: ha sido un buen año. Aquí uno puede dejar de leer. Ha estado lleno de buenos momentos, de viajes, de disfraces (muchos) y buen trabajo e incluso salud. Pero también ha tenido sus sombras, algunas bastante difíciles de tragar, que han eclipsado el sol de mis días, por seguir la metáfora. Y aún así, aquí estoy, dispuesta a sonreír las más de las veces y a tirar p'alante. Supongo que porque hay muchas razones para ello, más que para dejarse vencer.

"El hombre es una criatura de esperanza e inventiva y ambas cualidades desmienten la idea de que no es posible cambiar las cosas"
(Tom Clancy). Cambiar para mal (cosa que con frecuencia echo al olvido) y para bien (algo que me motiva). Hay cosas que nunca serán igual, aspectos de uno y de los demás que desconocemos hasta que nos ponemos en situación, todo un camino lleno de baches y constantes retos a nuestra suspicacia y aguante. ¿Para qué? ¿Por qué? No hay finalidad ni causa, simplemente son vidas que se cruzan, momentos significativos que nos pueden hacer perder el norte o encontrarlo. No me preocupa tanto por qué o para qué una prueba, sino cómo superarla... Pero bueno, en parte, a esto responderá 2011, 2012, 2013, 2014... Si tengo aliento para llegar a ellos, lo cual deseo, porque me gusta la vida. No me conformo con un mal, regular o buen año, quiero muchos más. No tengo suficiente de lo bueno y de lo malo. Aún no he definido ese "norte" hacia el que camino. Aún no sé muy bien quién soy. Y las cosas ya no van a ser iguales, nunca lo serán. Pero quizá no sean peores.

Puedo perder el mito de lo humano, pero no al ser humano. Lo dije hace un año: debía ver más la vida que me rodeaba y no mirarla. Y esto sucede también cuando uno ve. "No hay dolor más grande que el dolor de ser vivo", escribió Rubén Darío. Añado yo que tampoco hay mayor placer. Llamémoslo paradoja, que no masoquismo (sólo eso me faltaba para completar el cuadro de 2010). Digamos que en esa aparente contradicción es donde se sitúa la esperanza.




lunes, 6 de diciembre de 2010

Tres semanas antes de Navidad

Falta poco para la Navidad y para el final de este 2010. Quizá por ello, porque hay que pegar la traca final de la fiesta, escuchar una buena canción antes de que enciendan las luces, pedir un deseo antes de tragar la última uva y brindar por los buenos momentos pasados y futuros, quizá por ello, merezca la pena decir la verdad, sólo porque es Navidad y en Navidad se dice la verdad. Y así poner en práctica un propósito para el 2011: acercarnos. Con todo el riesgo, sin que nos paralice el miedo, sin que nos precipitemos preparando el corazón coraza. Para qué dejarlo para 2011, por qué no finalizar el año por todo lo alto.

Nunca tendríamos que dar lugar a deberle a alguien una canción de amor. La merezca o no, hoy es siempre todavía.

viernes, 24 de septiembre de 2010

La entrada del/en el otoño

Según la Wikipedia:

"Las Gimnopedias (griego Γυμνοπαιδία, Gumnopaidía), literalmente «la fiesta de los niños desnudos») eran festividades religiosas celebradas en Esparta, en julio-agosto, en honor de Leto y de sus hijos, Apolo Pitio y Artemisa".

También es el título de unas obras para piano de Erik Satie. Maravillosas...





Sin embargo, a mí las gymnopédies no me parecen hechas para julio y agosto, como las griegas. Tienen un color y un sabor propios del otoño. Y son inseparables de una película de Woody Allen que adoro: Otra mujer.

"¿Un recuerdo es algo que se tiene o algo que se ha perdido?"

domingo, 19 de septiembre de 2010

La dialéctica

Al nacer, rompemos los lazos que nos unen a la vida ciega que vivimos en el vientre materno, en donde no hay pausa entre deseo y satisfacción. Nuestra sensación de vivir se expresa como separación y ruptura, desamparo, caída en un ámbito hostil o extraño. A medida que crecemos esa primitiva sensación se transforma en sentimiento de soledad. Y más tarde, en conciencia: estamos condenados a vivir solos, pero también lo estamos a traspasar nuestra soledad y a rehacer los lazos que en un pasado paradisíaco nos unían a la vida. Todos nuestros esfuerzos tienden a abolir la soledad. Así, sentirse solos posee un doble significado: por una parte consiste en tener conciencia de sí; por la otra, en un deseo de salir de sí. La soledad que es la condición misma de nuestra vida, se nos aparece como una prueba y una purgación, a cuyo término angustia e inestabilidad desaparecerán. La plenitud, la reunión, que es reposo y dicha, concordancia con el mundo, nos esperan al fin del laberinto de la soledad.

El lenguaje popular refleja esta dualidad al identificar a la soledad con la pena. Las penas de amor son penas de soledad. Comunión y soledad, deseo de amor, se oponen y complementan. Y el poder redentor de la soledad transparenta una oscura, pero viva, noción de culpa: el hombre solo 'está dejado de la mano de Dios'. La soledad es una pena, esto es, una condena y una expiación. Es un castigo, pero también una promesa del fin de nuestro exilio. Toda vida está habitada por esta dialéctica.

"La dialéctica de la soledad",
en El laberinto de la soledad de Octavio Paz


Parece que hay luz al final del túnel, al otro lado del río... No todo está perdido.


lunes, 30 de agosto de 2010

Cosas que nunca (te) dije (I)

Hay cosas que nunca se dicen, bien porque uno no quiere oírlas (demasiado chungas para los propios oídos), bien porque uno no tiene la oportunidad de vivir la parte de historia que daría sentido a tales relatos. No obstante, he decidido que voy a lanzar a este mar todas aquellas cosas que nunca dije, digo o diré. Porque no hay nada peor que dejarlo dentro con la angustia de pensar que lo has dejado dentro para siempre (con lo relativo que es un absoluto "siempre" o "nunca").





Esta sólo es una de esas cosas, ¿habrá toda una serie? Hummmmmm...

viernes, 6 de agosto de 2010

Plan para ferragosto

En verano hay siempre algún día o algunos, en los que me entra la desidia, el aburrimiento e incluso una minitristeza que no diré "sin motivos" (algún día haré un "post confesional" sobre las razones aparentes, ocultas y probables para las bajonas). Estos días pasados han sido de este tipo y me he sentido desenfocada, pero he conseguido darle la vuelta a la tortilla con el simple acto de ponerme en movimiento, subirme al coche y tirar para la playa, que está tan cerca, y cargarme con la energía del sol y unos cuantos chapuzones. Además ya hablé en una ocasión del poder terapéutico del mar cuya existencia es un regalo, no podría decirlo mejor que Borges:

Por el mar, que es un desierto resplandeciente
y una cifra de cosas que no sabemos
y un epitafio de los vikings

No obstante, como es una época de exilios voluntarios, periplos por el mundo y dispersión general, suele suceder que llega un día en el que te encuentras solo en la ciudad, sin mucho que hacer y con menos ganas... Así que, este post previene contra esos momentos, en los que tenemos que estar como se dice sumariamente en La Habana, así:




Me parece un buen lema para aplicar a muchas cosas: "Vigilantes y combativos"...

Bueno, sin más ni más, propongo varios planes para enriquecer los veranos y supervitaminar y mineralizar nuestras vidas:

1. Decir a todos los planes que nos propongan y que tengan que ver con salir de la cueva, no ceder ante la pereza, extraer todo el meollo a la vida, que diría Thoreau.

2. Practicar algún deporte, como el senderismo cósmico, aunque cuidado, porque según el estado físico y mental la tensión puede caer en picado:




3. Engancharse a una buena serie de TV, como Mad Men. (*Cuidado: si te gusta fumar pero te lo has prohibido o si nunca lo has hecho, prepárate para verte con un old-fashioned en la izquierda y un pitillo en la derecha... No en vano la serie habla sobre publicidad, y las tabaqueras pueden darles las gracias: desde que no fumo, nunca he echado tanto de menos un pito, unoooo, unooo detrás de otrooo!)

4. Practicar el baile, en serio, porque como ritual de llamada de atención del macho o hembra, está bastante olvidado a pesar de su efectividad. Yo ya estoy practicando uno nuevo. Para hacer la performance completa se necesitaría algo de atrezzo, pero podemos suplir la fruta con una buena tarima. Adriano Celentano, desde hoy "el meneíllos", da una lección avanzada de casi 3 minutos de cómo bailando es más productivo que una máquina:




Y ojo con el mensaje de la cancioncilla: "sei forte e vincerai, vincerai, vincerai!!" (la peli: Il bisbetico domato, buenas risas para una noche de verano).

5. Salir a una terraza a tomar un mojito, quizá más de uno, sin prisa y dejar que sea el camarero el que te diga cuándo tienes que irte a casa o cambiar de bar.

6. Ver las fotos de los viajes propios y ajenos y disfrutar con la narración de las aventuras y las risas compartidas.

7. Encontrar un libro que te atrape y te haga pasar unas cuantas siestas pegado a él.

8. Intentar ponerte moreno, sobre todo si no es tu tono de piel, como a mí me pasa, ya que requiere energía, tiempo (que de eso se trata, de emplearlo) y mucha crema protectora... Además, por poco que sea, favorece y en el proceso puedes encontrarte con gente que tiene el tono de piel de la vecina de Algo pasa con Mary y, gracias a ello, conformarte con el ligero tueste que has logrado.

9. Ir al cine a ver "el" estreno del verano. No me refiero a Eclipse, sino a Origen de Christopher Nolan, que según suele suceder con sus pelis, aunará enigmas con calidad narrativa. No obstante, hace un par de veranos fui a ver El incidente, aplicando esas dos cualidades a M. Night Shyamalan, cuyos films anteriores me agradan, y he de decir que aún no sé si la peli era de catástrofes a lo Aeropuerto 77 o un acercamiento cómico a lo mismo como Aterriza como puedas, para muestra:







10. Conectarte al facebook, messenger y demás redes sociales, para comprobar que están cerradas por vacaciones, al menos durante el fin de semana, lo cual es positivo: toda esa gente está viviendo!!

Y bueno, la verdad, no se me ocurren muchas más... Quizá escribir una entrada de blog bastante larga, en la que puedas ocupar algún rato escribiendo las chorradas que te gusta hacer... O recordar esos veranos que has pasado y han sido geniales e intentar repetir aplicando la fórmula del presente. Ahí queda eso...